El domingo y el lunes volví a remar. La última vez había sido en la Antártida. Me tomé mi tiempo en volver al agua. Un amigo me ofreció asistirme para llevarme dónde quisiese (dentro de lo lógico), así que opté por esos viajes en los que siempre se complica la logística: Descender un río.
Al salir sólo sabía que partiría desde Junín de los Andes, pero no hasta dónde llegaría, porque todos conocemos los problemas de acceso a las costas en la región.
Al salir sólo sabía que partiría desde Junín de los Andes, pero no hasta dónde llegaría, porque todos conocemos los problemas de acceso a las costas en la región.
A la ida relevé la ruta y encontramos algo que no existía hace unos años; un acceso libre a unos 10 kilómetros aguas abajo de la confluencia de los ríos Chimehuín y el Aluminé (que forman en Collón Curá). Hasta allí llegaría; casi 70 kilómetros de río que navegué en alrededor de 5 horas a pesar del río bajo. Imagínense la velocidad del agua. Todo el Chimehuín desde Junín es una sucesión de rapiditos muy agradables de navegar. Al día siguiente, Luego de dormir al sereno mirando esos cielos únicos de la precordillera (mi amigo lo hizo en su camper), navegué en 7 horas hasta el puente de la ruta 40.
Para los que viven en la Patagonia norte se trata de una excursión de solo un par de días realmente recomendable.
Para los que viven en la Patagonia norte se trata de una excursión de solo un par de días realmente recomendable.
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