Viernes 9 de octubre de 2009
Dormimos con fondo de diluvio sobre la carpa. La pleamar esta prevista en torno a las 15 hs. El mar estará lejos de nuestros kayaks hasta entrada la tarde. No hay apuros en la mañana. Descanso profundo. Nos levantamos tarde. Mates lentos. Caminamos hasta el mar para recolectar “cholgas” o mejillones, según el lado de la cordillera en que se nombren.
Asegurada la provisión de mariscos exploramos los alrededores. Por momentos llueve, por momentos se dibuja el arcoíris.
La caminata nos despierta el apetito. No dejamos de pensar en las cholgas con jugo de limón.
Desarmamos el campamento y acercamos los kayaks al mar esperando la marea. Prevemos un día húmedo y lluvioso. Nos enfundamos en los trajes.
Alrededor de las 15 nos embarcamos y ponemos proa a la boca del estero, a unos 7 kilómetros al oeste.
Recorrimos por primera vez esta zona en diciembre de 2004. También con Marcelo, aunque en esa oportunidad nos acompañaron “Los Fogo”, hoy ausentes por paternidad reciente. Por entonces creíamos visitar un mundo mucho más deshabitado e inhóspito. Desconocíamos que aquello que por lo general molesta, la presencia humana, es aquí un atractivo. Los pobladores con los que tenemos contacto en algunos puntos son todos muy amables y cordiales. Hombres de mar.
Como no es nuestro primer viaje sabemos que en la costa sur de la boca del estero hay una lobería. Ayer escuchamos los gruñidos a lo lejos. Ahora tratamos de no molestar a los animales, pero parece que es época de apareamiento y están sensibles. Pasamos relativamente lejos, pero igual algunas hembras se alborotan. Ya que se zambullen saco la cámara y dejo que la brisa me acerque… ¡perdón!
Cuando entramos de nuevo al Canal Leptepu deja de llover y sentimos el viento. Todo indica que la lluvia seguirá; las fotos son ahora o nunca. La impenetrable selva valdiviana es testimonio de que no estamos en tierras soleadas.
Bordeamos la costa este del estero hasta proximidades de la punta norte de Caleta Piedra Blanca. Desde el waypoint 121 del mapa del primer post (42°20’S; 72°37’W) hacemos sur directo hasta “Porcelana Chica”. Desde allí cruzamos en línea recta hasta la siguiente caleta. En el viaje de 2004 sólo llegamos hasta Caleta Lloncochaigue, donde se encuentra la Reserva Huinai. Para mi esta parte del recorrido hacia el fondo del Leptepu es tierra virgen. Marcelo, en cambio, ya es un baqueano; regresó innumerables veces con clientes. Cerca de las 20 horas, después de navegar 30 km casi siempre bajo la lluvia, llegamos al campamento desde el que accederemos a las Termas de Porcelana. Levantamos la carpa con las últimas luces. Cuando terminamos comienza a llover más fuerte y armamos un toldo. Rica cena, mejor vino y a dormir otra vez con el golpeteo del agua. Intento leer, pero me quedo dormido.
Continúa en siguiente Post.
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