miércoles, 11 de noviembre de 2009

Antártida, día 9

Breve puesta de sol por el sur

27 de diciembre: Isla Fridtjof – Campamento Adrenalina, bahía South

La mañana del 27 “amanece” (lo que en Antártida es sólo una manera de decir) con mucho viento que sacude la carpa. Un poco cansados por nuestro primer día de remo de muchas horas, aprovechamos el mal tiempo para emular a nuestras vecinas las focas y nos dejamos estar en la placidez de la carpa hasta pasado el mediodía.

Después de dormir al lado de nuestra carpa, la gorda nos guiña un ojo

Por la tarde sale el sol y calma un poco el viento. Preparativos y de vuelta a los kayaks.

La bajante descubre unas rocas. Del otro lado del estrecho de Gerlache se observa la Península

Cordón de las Fief, isla Wiencke, visto desde el E

Nos embarcamos a las 17 hs y comenzamos a navegar por la costa SE de la Wiencke hasta el cabo Errera, donde viramos con rumbo norte cruzando el canal Peltier.

Lindas costas para desembarcar…

Cabo Errera, pico Dayne (722 mts. s.n.m.)

En todo este tramo recibimos de lleno la onda oceánica, lo que sumado al viento del SW cambia radicalmente nuestras hasta ahora muy tranquilas condiciones de navegación.

La brisa obliga a subir las capuchas

Si bien el oleaje es importante me llama la atención que, dada la velocidad del viento, no sea mayor. Creo que la explicación posible tiene dos componentes, el freno al movimiento de las masas de agua que suponen la presencia de grandes masas de hielo y la mayor densidad de las frías aguas antárticas (es una explicación sui generis, si alguien tiene una mejor por favor deje un comentario). Por primera vez asumo que en estas condiciones la menor velocidad inherente al diseño y textura de nuestros kayaks se ve más que compensada por la seguridad que nos brindan en el oleaje. Otro punto es que si bien siempre intento evitar el choque contra la infinitud de pequeños témpanos, las colisiones son a veces inevitables. El material con el que están construidos los kayaks significa entonces otro extra de seguridad. No se si real o psicológica.

Cruzando el canal Peltier

Nuestro objetivo del día era llegar a la base Yelcho, chilena y abandonada, pero construida por Inglaterra y luego cedida a Chile. El emplazamiento de la base es bastante malo, pues está muy expuesto al viento del cuadrante SW que entra por el estrecho de Bismarck. La verdad es que, salvo por la vista, que es increíblemente bella, se trata de un pésimo lugar para levantar una base.
Por las malas condiciones del mar, que golpea muy fuerte contra el roquerío, nos resulta imposible desembarcar. Hacemos algunos intentos, metiéndonos entre ollas que se llenan y vacían rápidamente con el oleaje. Finalmente desistimos. Por suerte, divisamos al otro lado de la bahía South (¿Será por el barco de Shackleton?) una pequeña isla donde, previa tarea con palas, instalamos nuestro “Campamento Adrenalina”.
Nuestra pequeña isla esta rodeada de grandes y crujientes paredes glaciares que, en caso de caer, por lo menos "salpicarían". La ventaja del lugar en relación a Yelcho, además de ser el único accesible en las cercanías, es que esta sensiblemente más reparado del viento. Acampamos a pleno sol algo pasadas las 22 hs. Me quedo cocinando fuera de la carpa hasta pasadas las 24hs, disfrutando de la brevísima puesta de sol por el sur (ver foto de apertura del Post), que ilumina de rosados las cimas de los montes de la isla Wiencke. Mientras cocino la temperatura es sólo de -2,5 °C.

El cordón de las Fief visto desde el W en plena noche antártica

2 comentarios:

  1. espectacular, felicitaciones por la travesía, por la forma de comunicarlo, por las fotos que sacaron, y muchas.. muchas gracias... por compartirlo!

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